ANTICOAGULACIÓN

En determinadas situaciones, cuando existe un riesgo elevado de que se forme un trombo que pudiera causar una complicación cardiovascular o incluso la muerte del paciente se receta un tipo de medicamento que se conoce como anticoagulante.

 

La medicación anticoagulante evita que se formen grandes agregados de plaquetas o trombos que posteriormente causan la obstrucción de una arteria, de una vena o de una válvula cardiaca. Cuando un trombo obstruye una vena se produce generalmente dolor e hinchazón en la extremidad afectada, normalmente una pierna. Cuando la obstrucción se produce a nivel de una arteria puede producirse un embolia cerebral o cuando se produce en una arteria localizada en una pierna causa dolor y frialdad de la pierna con riesgo de tener que amputarla sino se resuelve de forma rápida el problema. Cuando la obstrucción acontece en una válvula protésica cardiaca el paciente presenta fatiga respiratoria, en ocasiones pérdida del conocimiento o tensión baja. Todos estos cuadros pueden terminar con la vida del paciente.

 

Los medicamentos empleados para anticoagular pueden administrarse de tres maneras: vía oral, vía subcutánea o vía intravenosa. La vía intravenosa se reserva para las situaciones agudas, en caso de precisar más días de anticoagulación se utilizará la vía subcutánea a medio plazo, y la vía oral para anticoagular durante largos periodos de tiempo.

 

El problema principal de la medicación anticoagulante es que aumenta el riesgo de sangrado, precisa de un correcto cumplimiento de la pauta de tratamiento, y en la mayoría de casos precisa de controles analíticos más o menos frecuentes. Es por este motivo que los médicos sólo decidimos anticoagular cuando los beneficios de la medicación superan el riesgo de sangrado. La decisión de anticoagular se puede revisar en cada visita. La retirada de la medicación podría decidirse por ejemplo por caídas frecuentes, mal control tensional con riesgo de sangrado cerebral, un episodio de hemorragia digestiva...

 

ANTICOAGULANTES ORALES

 

Los anticoagulantes orales, las pastillas, son los que con mayor frecuencia recetaremos en las consultas de cardiología, principalmente en pacientes con una arritmia cardiaca conocida como fibrilación auricular, en los portadores de válvulas protésicas, y en pacientes con enfermedad cardiaca grave y una función cardiaca por debajo del 30%.

 

Acenocumarol (Sintrom®) y Warfarina (Aldocumar®). Sintrom es el medicamento anticoagulante oral más utilizado en España. La warfarina pertenece a la misma familia siendo recetado con más frecuencia en países anglosajones. Ambos precisan de un estrecho control de sus efectos en la sangre mediante analíticas al menos una vez al mes. Según el resultado del control se aumentará o se disminuirá la dosis necesaria para evitar la trombosis con el menor riesgo de sangrado posible. Además existen diversos medicamentos que pueden afectar su acción debiendo revisar la dosificación.

 

Dabigatran (Pradaxa®).Es un nuevo anticoagulante oral. Su mecanismo de acción es diferente del Sintrom® y del Aldocumar® y su principal novedad, en lo que al paciente respecta, es que no necesita de controles para comprobar la correcta anticoagulación. Ha demostrado tener una mayor capacidad de prevenir las embolias que la warfarina y el mismo o menor riesgo de sangrado. Su uso está aprobado en Estados Unidos para la anticoagulación en pacientes con fibrilación auricular de causa no valvular. Las ventajas de este medicamento son notables frente a los tradicionales Sintrom® y Aldocumar®, sin embargo su uso está aprobado en España sólo para algunas indicaciones. Su diferencia de precio notable con los otros medicamentos en el mercado y la situación actual de la economía hacen poco probable su aprobación para la prescripción generalizada en el Sistema Nacional de Salud en los próximos tiempos.

 

 

RECOMENDACIONES PARA EL PACIENTE ANTICOAGULADO

 

Tome la dosis exacta indicada por su médico. Tome la dosis siempre a la misma hora, por la mañana, a mediodía o por la noche, no importa si antes o después de las comidas. Si se olvida una dosis no doble la dosis del día siguiente.

 

Si toma usted Sintrom® o Aldocumar®, no inicie ningún medicamento por su cuenta, y a menos que su médico se los prescriba evite antiagregantes (Aspirina®, Adiro®, Tromalyt®, Plavix®) y antiinflamatorios. Puede tomar en ausencia de otra contraindicación paracetamol (Termalgin®, Gelocatil®, Efferalgan®, Zaldiar®, etc) y metamizol (Nolotil®).

 

No suprima tampoco ningún medicamento sin comentarlo con su médico.

 

Evite los laxantes en general, y sobre todo los oleosos.

 

Evite el alcohol, no tome cerveza y sólo vino de forma moderada y dentro de las comidas.

 

Los vegetales de hoja verde y los alimentos flatulentos contrarrestan los efectos del Sintrom® y del Aldocumar® por lo que no debe de tomarse una cantidad excesiva de estos vegetales e intentar tomar una cantidad diaria de verdura uniforme sin grandes variaciones.

 

Si tiene que someterse a una intervención contacte con su médico.

 

En caso de hemorragia nasal, en orina, en las heces o heces negras y pastosas, o presentar hematomas consulte con su médico lo antes posible. Si es necesario acuda a urgencias del centro médico más cercano.

 

En caso de embarazo comuníqueselo a su médico.

 

Lleve usted una identificación que indique que está tomando usted un medicamento anticoagulante.

 

ABANDONO DEL TRATAMIENTO ANTICOAGULANTE

 

En 2011 publican en la revista de Neurología Stroke los resultados de un estudio cuya intención era estimar cuantos eventos cerebrovasculares, ictus, se producen con motivo del abandono de la medicación antiagregante o anticoagulante. Se revisaron 2197 pacientes que habían presentado un ictus isquémico valorando cuantos pacientes nunca habían tomado la medicación, cuantos si la estaban tomando en el momento del ictus y cuantos la habían tomado previamente pero la habían abandonado dentro de los 60 días previos al ictus. Descubrieron que hasta un 5,2% (110 pacientes de 2197) de los ictus se podían atribuir al abandono de la medicación. También observaron que habitualmente el ictus se produce en los 7 primeros días tras el cese del tratamiento.

 

Actualmente se recomienda reiniciar la medicación antiagregante o anticoagulante lo antes posible tras una cirugía u otro evento que haya motivado la retirada.

 

Si desea más información puede solicitar una visita en el teléfono 971 36 90 80 (Maó) o 971 38 66 48 (Ciutadella) o a través de nuestro formulario de contacto.

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